Muchos de los lectores de este proyecto bloguero han preguntado el motivo por el cual El Entrometido no ha emitido opinión respecto a todo ese “rollo enredado” de lo que esta ocurriendo en Honduras, y el retorno (¿visita?) de Manuel Zalaya a territorio catracho en estos últimos días.
El Entrometido frente a este asunto no puede entrar a emitir (o tal vez omitir) una opinión superficial propia de espectador de CNN o de Telesur o aún peor, la de “izquierdista” de ropa para fuera, gritando consignas “Liberen a Honduras”, “Afuera Micheleti”, “Qué viva Zelaya, fuera los oligarcas” o incluso “Micheletti, héroe nacional hondureño”, ya que para empezar, y este hecho es evidente, yo no soy hondureño sino que soy guatemalteco, es decir para mí el pueblo hondureño y guatemalteco son hermanos pero no son lo mismo y como consecuencia lógica los clavos son diferentes (aunque el subdesarrollo sea nuestro apellido), así que, como bien me lo enseñaron mis padres, no me meteré a opinar frente a los problemas propios de cada casa ni a apoyar a tal cual tipo (Zelaya-Micheletti) porque eso sólo le corresponde a los hondureños, es decir, a los dueños de la casa. Lo que si puedo hacer es expresar (gritar) consignas a favor de esa idea política tan cara, sublime y letal llamada DEMOCRACIA, y oponerme a cualquier acto que menosprecie el sentir soberano y la dignidad de los pueblos, especialmente la de un país tan querido y cercano como lo es Honduras.
(En el caso de que realmente sea un Entrometido, no me importaría correr con el riesgo de ser abofeteado por los azares del destino, así que si dijera que apoyo a Zelaya, podría ser que estuviese apoyando a un tirano que no convocará a las elecciones del 29 de noviembre como según la ley catracha ordena, que dejaría entrar la política tipo bota en el trasero de Hugo Chávez y la mezquindad de don Ortega. Por otro lado, si fuera un verdadero Entrometido, jamás podría apoyar a Micheletti, ya que desde ningún punto de vista puede legitimarse un Golpe de Estado ni las políticas “di merda” de cerrar los oídos al clamor popular y a las propuestas conciliadoras que se le han presentado, sordera que ya ha cobrado vidas. Y si fuera aún más Entrometido, estilo uña encarnada (entrometido hasta ser doloroso), me atrevería a decir que frente a todo este asunto lo sería que ambos tipos renuncien al poder e inmediatamente convoquen a elecciones., previo que celebren un encuentro tipo Celebrety Deathmatch. Cierro el paréntesis).
De una u otra forma, no sé por qué mi instinto pesimista me dice que ya sea Zelaya o Micheletti, todos los que creemos en la democracia quedaremos en la misma situación que una quinceañera por primera vez despechada, es decir, sólo con las ganas de que las cosas hubiesen sido diferente.
(Imagen tomada de www.nosotros2.com)
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